Las fiestas electrónicas están en el ojo de la tormenta desde que se multiplicaron las muertes de jóvenes durante algunas de ellas. El caso más grave fue el de la renombrada Time Warp (Buenos Aires), en la que cinco adolescentes fallecieron a causa del consumo de drogas. A causa de esa y de otras fatalidades de similar origen, funcionarios de algunas localidades tomaron medidas y prohibieron este tipo de fiestas.
Por estas horas la polémica está instalada en Mar del Plata. El intendente, Carlos Arroyo, decidió vedar las fiestas electrónicas para evitar la venta y el consumo de drogas. Esto provocó indignación en el público, sobre todo entre aquellos que tenían entradas para disfrutar de los principales exponentes internacionales de este género musical anunciados en la cartelera de verano. “El decreto ya está firmado. En Mar del Plata puede haber fiestas, pero no electrónicas. Los productores deberán hacer otro tipo de fiestas”, sentenció Arroyo.
En Tucumán hubo intentos de ponerles un freno, pero los integrantes de la MET (movida electrónica tucumana) ofrecieron resistencia y lo impidieron.
La música electrónica suena desde hace 20 años en la provincia, su público se ha ido agrandando con el paso del tiempo y ahora es uno de los géneros más populares entre los jóvenes. Hay boliches referentes (Pollock, La Boite) en los que muchas veces se presentan Djs internacionales, y se suman otras opciones, con la organización de fiestas en distintos escenarios.
“Prohibir no es el camino correcto” expresó Laureano Alonso, disc jockey de Pollock. “Drogas hay en todos lados, la música no es el problema, es la educación que se tiene desde el hogar. Hoy en día el joven está muy descuidado”, agregó. El conocido Dj también adjudicó este problema a los funcionarios y al incumplimiento de regulaciones que deberían fijarse para los lugares en los que se realizan las fiestas. “Me suena como una burla de los políticos hacia los que trabajamos y disfrutamos con esta movida, nos agarraron de punto para distraer de cosas que ellos hacen mal” sentenció.
Benjamín Busto Paz trabajó como barman y seguridad en muchos boliches y fiestas electrónicas y asegura no haber presenciado ningún episodio peligroso. “Prohibiendo las fiestas no se logra nada, la cuestión de las adicciones es aparte, los que nos gusta realmente la música somos los únicos perjudicados” afirmó.
Sin embargo no hay una negativa de todos ellos a la realidad de que en este ambiente se consuman drogas. “Es una cuestión de cuidarse” afirmó el Dj Alonso. Pero todos coinciden en que no es la única movida en la que están presentes los estupefacientes y que en el ambiente de los ritmos tropicales hay boliches muy peligrosos en los que, además, prima la violencia.
En la provincia, a diferencia de otros lugares del país, no hay fiestas electrónicas clandestinas. Todas de alguna forma son organizadas por gente de la movida, están publicitadas y tienen alguna regulación o necesitan algún permiso. “No creo que se prohiban las fiestas electrónicas en Tucumán porque los dueños de los boliches se manejan con una gran profesionalidad y lo impedirían. Pro si ocurriera proliferarían las fiestas en las casas o en otros lugares y ahí sí podría aparecer el descontrol”, advirtió Lucas Nofal, un tucumano que es gran seguidor de esta movida.